Karina Milei, jefa real de la estructura libertaria, no cree que Vera se haya quedado dormido, aunque esa fue la versión más amable que se instaló desde su entorno. Para muchos, el “sueño” fue más bien una estrategia calculada o una “orden silenciosa” que favoreció —sin oposición visible— al gobernador Axel Kicillof, quien logró avanzar con una de las votaciones más sensibles de su gestión.
Vera es mano derecha del senador Sebastián Pareja, operador clave de Karina en la provincia de Buenos Aires. Pero la relación entre los tres ya no es tan sólida como parecía. Desde el entorno libertario aseguran que Karina está molesta con Vera desde hace varios días, particularmente desde que faltó al Congreso partidario en Mar del Plata, donde la convocatoria estuvo muy por debajo de lo esperado.
“Convocó a menos de la mitad de los concejales previstos”, admiten off the record, con fastidio en el equipo nacional.
Como si eso fuera poco, en la sesión clave de esta semana, Vera —que viene construyendo su propia tropa interna y asegura en privado que su verdadero objetivo “es destruir a Romo” (otro libertario en ascenso)— decidió no escalar tensiones, pero tampoco mostró señales de alineamiento con Karina.
La bronca no fue sólo por el presupuesto
Lo que se filtró de la cúpula libertaria fue que Karina empezó a pedir la lista de asistentes de cada evento que encabeza. Y cuando preguntó por Vera en Mar del Plata, la respuesta fue: “Perdió el avión”. Pero la siesta del jueves a la madrugada hizo más ruido que esa excusa.
“Karina empezó a creer que las excusas son de un nene… con minúscula”, ironizó un legislador.
Todos ganan, menos la unidad libertaria
Mientras tanto, el gobernador Axel Kicillof logra fondos frescos, los intendentes se aseguran recursos, y tanto el massismo como La Cámpora logran nuevos espacios en el Bapro. La sesión se votó, nadie perdió y todos ganaron, al menos en términos institucionales.
¿Y La Libertad Avanza? Si bien ocupan lugares, sus internas quedaron expuestas. Lo del “Nene” durmiendo pareció más una rosca disfrazada de siesta que una descoordinación.
Y para cerrar, una perlita que no se le escapó a los mozos de la Legislatura: Vera es conocido por almorzar con vino tinto y soda. Tal vez lo suyo no fue sueño… sino una digestión prolongada.
