Durante una emisión del programa “Cónclave” en el streaming Carnaval, Alejandro Fantino cuestionó duramente a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, luego de que ésta solicitara el allanamiento del domicilio del periodista Jorge Rial por la difusión de audios atribuídos a Karina Milei.
Fantino aseguró que “no se la puede tomar en serio”, aludiendo a que en el pasado Bullrich se presentaba como defensora de la prensa, algo que hoy parece contradecir. Subrayó que “no hay periodistas buenos ni malos, hay periodistas”, y defendió el derecho a difundir audios durante una controversia pública.
El comentario generó silencio en la mesa, tras lo cual Rial, con tono irónico, habló de un “doble estándar” por parte de la funcionaria. Fantino resaltó que estas medidas erosionan la confianza en la democracia y se apartan del rol que Bullrich decía defender.

La censura previa y el riesgo de silenciar el debate público
La discusión sobre la censura previa vuelve a instalarse cada vez que un juez ordena frenar la difusión de un contenido sensible. La Constitución argentina, en su artículo 14, garantiza la libertad de expresión y prohíbe expresamente cualquier tipo de restricción previa a la prensa.
El problema surge cuando se cruzan dos derechos fundamentales: por un lado, el acceso a la información y la libertad de los medios para publicar; por el otro, la privacidad y seguridad institucional de quienes forman parte del Estado. Ese equilibrio nunca es sencillo y suele resolverse en los tribunales, con medidas que generan polémica.
La censura previa es peligrosa porque abre la puerta a que el poder político limite qué se puede decir y qué no. Pero también es cierto que las filtraciones obtenidas de manera ilegal afectan derechos individuales y pueden usarse como herramientas de presión.
El debate que se abre es de fondo: ¿hasta dónde llega la libertad de expresión y dónde empieza la responsabilidad de proteger la intimidad y la institucionalidad? Lo que está en juego no es un caso aislado, sino la manera en que como sociedad decidimos convivir con la información en tiempos de filtraciones masivas y redes sociales.