El último jueves, el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, regresó al Partido de La Costa en plena campaña como candidato a senador por la quinta sección electoral. La postal incluyó caminatas, charlas con vecinos y la consigna repetida de “Kirchnerismo nunca más”.

Entre los referentes locales, la atención volvió a recaer en Pachu Junco, el dirigente que carga sobre los hombros la tarea de acercar a sectores díscolos del PRO y a radicales desencantados. Sin cargos ni promesas para repartir, apuesta al “puro convencimiento” como herramienta de construcción política.
En paralelo, se destacó la presencia de Marcela González, primera candidata a concejal en la lista local. Su mensaje apunta directo al comercio: reducción de impuestos y medidas de alivio para un sector que asegura sufrir un ahogo importante en el escenario municipal actual.
La estrategia, sin embargo, no se limita a lo local. Roxana Cavallini, conductora del espacio en La Costa, fue confirmada como candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, reforzando la idea de que la campaña busca proyectarse más allá de las fronteras distritales.
El objetivo de Montenegro parece claro: polarizar, nacionalizar el discurso y reducir el margen para terceras fuerzas. La incógnita es si esa jugada encontrará eco en las urnas. Como suele ocurrir en campaña, la respuesta llegará pronto: “¿será posible? En pocos días lo sabremos”.
