Una mujer murió en un bingo de Mar del Plata y los jugadores continuaron apostando
En un hecho que ha generado una profunda reflexión social, una mujer de 71 años falleció el viernes por la tarde dentro del Bingo Puerto, ubicado en la avenida Edison al 400, en la ciudad de Mar del Plata. La mujer, que se encontraba dentro del salón de juegos, sufrió una muerte súbita por causas naturales, según confirmaron fuentes policiales.
El episodio ocurrió en plena actividad dentro del establecimiento, y la escena resultó tan impactante como desconcertante: mientras el cuerpo de la mujer permanecía tendido en el suelo cubierto por una manta blanca, la mayoría de los apostadores continuaba jugando en las máquinas tragamonedas, como si nada hubiese sucedido.
Un testigo presente en el lugar expresó su indignación por la aparente indiferencia generalizada, señalando que “ni siquiera pararon las máquinas o la música; la gente seguía como si no hubiera pasado nada”.
La policía y personal médico acudieron rápidamente al lugar, pero no pudieron hacer más que constatar el deceso. Más tarde, la hija de la mujer llegó al bingo y acompañó el proceso hasta que el cuerpo fue retirado del lugar.
Este hecho, más allá de lo trágico, pone en evidencia una problemática aún más inquietante: la falta de empatía ante el sufrimiento ajeno. Aunque ocurrió en Mar del Plata, la reacción del entorno no es un fenómeno local, sino un reflejo de una sociedad cada vez más insensible y desconectada emocionalmente.
La ludopatía y la tragedia: dos realidades distintas
Es importante destacar que esta muerte no está relacionada directamente con la ludopatía, sino que se trató de un evento de salud imprevisto. Sin embargo, la situación reabre el debate sobre el ambiente en los salones de juego y el estado emocional de quienes los frecuentan.
La ludopatía, o adicción al juego, es una enfermedad reconocida que afecta la salud mental y emocional de miles de personas en todo el mundo. Pero en este caso, la crítica no debe centrarse en la enfermedad del juego, sino en la pérdida de sensibilidad humana frente al dolor ajeno, una condición preocupante que trasciende cualquier contexto específico y alcanza una dimensión global.