Durante el último fin de semana, se desarrolló en Costa Azul una feria autogestiva que reunió a mujeres, feriantes y emprendedores locales con el objetivo de reactivar el espacio público y fomentar la economía circular en la zona.
El hecho fue destacado en redes sociales por el militante peronista Facundo Ludueña, quien compartió su experiencia en un posteo de Facebook luego de participar en la actividad. “No quería que se vaya el domingo sin poder compartir lo que viví estos últimos 3 días en Costa Azul, en una plaza donde no pasaba prácticamente nada, aparecieron mujeres dispuestas a organizarse!”, escribió.
La feria, organizada de manera comunitaria, tuvo lugar en una plaza del barrio, que según describen los propios participantes, venía sin actividades regulares. La presencia de emprendedores locales permitió ofrecer productos de elaboración propia, y generó un espacio de encuentro para vecinos y vecinas.
Uno de los momentos destacados del evento fue el testimonio de una de las referentes del proyecto, citado por Ludueña: “Queremos ser una chispa de luz para los vecinos, entre tanta incertidumbre…”.
Además del intercambio comercial, los presentes compartieron mates, tortafritas y conversaciones cara a cara. “Gracias por recibirme como uno más de ustedes, gracias por los mates, por las tortafritas, y por sobre todo por poder caminar y escucharlos sin intermediarios. Desde donde nos toque para sumar, siempre”, concluyó Ludueña en su mensaje.
La iniciativa busca tener continuidad y podría formar parte de un proyecto más amplio orientado al desarrollo sostenible en el Partido de La Costa.

Una economía marcada por la estacionalidad
La iniciativa comunitaria surgida en Costa Azul también pone sobre la mesa un tema de fondo que atraviesa a toda la región: la fuerte estacionalidad de la economía en el Partido de La Costa. Durante los meses de verano, la actividad turística impulsa el comercio y el empleo, pero el resto del año muchas familias deben encontrar estrategias alternativas para sostenerse.
En ese contexto, las ferias autogestivas y el fortalecimiento de circuitos de compre local se presentan como herramientas posibles para dinamizar la economía y promover la solidaridad entre vecinos. Sin embargo, también aparecen tensiones: los comerciantes tradicionales, en muchos casos, atraviesan dificultades para mantener sus negocios abiertos y ven con preocupación cualquier forma de competencia informal.
Es allí donde la dirigencia política y social enfrenta un nuevo desafío. La situación exige más que declaraciones: se requiere de inteligencia, capacidad de escucha activa, y sobre todo, de gestión creativa para mediar entre las distintas demandas. Cada sector —emprendedores, feriantes, comerciantes establecidos— tiene problemáticas propias, y comprender esa diversidad será clave para evitar conflictos y sostener fuentes de trabajo en el mediano plazo.
Este tipo de experiencias comunitarias pueden ser un punto de partida, pero también una alerta: las soluciones sostenibles no pueden depender únicamente del esfuerzo individual o voluntario. Se necesita articular políticas públicas y decisiones concretas que acompañen estas dinámicas sin ignorar las angustias de quienes ya vienen sosteniendo la actividad comercial desde hace años.