El cielo preelectoral en el Partido de La Costa está tan denso como un domingo de julio en San Bernardo. Lo que debería ser un armado de listas ordenado se parece cada vez más a un juego de TEG: todos mueven fichas, nadie confía en nadie y la traición es parte de la estrategia. Entre selfies en cafés de Mar de Ajó y frases en grupos de WhatsApp, los referentes locales ensayan movimientos mientras sueñan con encabezar listas… aunque algunos apenas juntan los votos del asado familiar.
Nombres que circulan y sillas que faltan
En Alianza Patria, la senadora Gabriela Demaría aparece como la figura con más peso, aunque en los corrillos también suenan Florencia Casín y Daniela Giménez como alternativas para encabezar. Por ahora, la disputa se cocina a fuego lento, entre susurros y cafés fríos que se enfrían más rápido que los acuerdos.
Del lado de Alianza Somos Buenos Aires, asoman Yamila Coppola, Rocío Tedesco y la senadora Flavia Delmonte, aunque nadie quiere dar un paso al frente demasiado temprano y quedar atrapado en el fuego cruzado de egos XXL.
En Alianza La Libertad, el nombre evidente sería Roxana Cavallini, pero un rumor de pasillo instala a Rosana Blanco como posible jugada sorpresa. “La lista no está definida, pero la rosca ya arrancó”, admitió un operador mientras miraba de reojo el calendario electoral.
Egos, cupos y la ley del tetris
En cada frente hay más candidatos potenciales que sillas disponibles. Todos se autoperciben “la renovación”, “la experiencia” o “la voz del pueblo”, pero más de uno arrastra sólo a su tía, el grupo de pádel y algún que otro flyer mal hecho en Canva.
La ley de paridad de género agrega una complicación extra: si la primera es mujer, el segundo debe ser varón, y viceversa. Las mesas de unidad —más parecidas a ring sides con medialunas rancias— son el escenario donde los operadores se devanan los sesos para cumplir con el cupo sin dinamitar sus propios planes.
Y para quienes quedaron sin lugar en los frentes grandes, siempre está la tentación de buscar alternativas express. No falta quien murmure sobre “alquilar partido político con papeles y sello listo para pegar” como si fuera un monoambiente en temporada alta.
Aparatos, WhatsApp y teléfonos calientes
En la pulseada final, los aparatos partidarios pesan más que las encuestas. Los espacios sin estructura sólida dependen de que suene el teléfono en el momento justo, mientras los mensajes en los grupos de WhatsApp circulan a la velocidad de la luz… hasta que alguien filtra capturas y termina de dinamitar las conversaciones.
Con egos inflados, cupos de género y territorio en disputa, la pregunta no es quién encabezará las listas… sino quién logrará llegar al cierre sin quedar bloqueado en medio de la interna.
