Mentira. No filtramos nada. Pero si hiciste click, caíste en el juego que miles de posteos usan para atraparte todos los días. Este artículo no busca escandalizarte, sino ayudarte a pensar cómo la política y las redes sociales están moldeando la conversación pública… y tu voto.
Redes, rumores y territorio: la campaña se juega en el algoritmo, este podría haber sido el título. Si llegaste hasta acá por el título, te lo confesamos: era mentira. No hay filtraciones, ni escándalos, ni primicias. Pero te atrajo. Y eso ya dice mucho.
Las redes sociales no solo cambiaron la forma de comunicarnos, sino también la forma de pensar (y hacer) política. Hoy, los algoritmos premian lo que genera clics, no lo que informa. En las campañas, eso se traduce en algo simple pero peligroso: emocionar o enojar importa más que explicar. Así se construyen “verdades” en base a lo que el votante ya cree o quiere creer.
📲 El poder ya no está en la plaza, está en el feed
Cada año electoral revive las viejas armas de la política: denuncias que nunca llegan a tribunales, audios “filtrados” que recorren WhatsApp, rumores que corren más rápido que los hechos. Desde hace unos veinte años, todo esto se potenció con redes sociales y, más recientemente, con inteligencia artificial.
Muchos dirigentes —a nivel local y nacional— están más pendientes de cuántos “me gusta” obtuvieron, qué emoticones recibieron o cuántas veces se reprodujo un video, que de construir una propuesta sólida. Porque el sistema premia eso: reacción antes que reflexión.
🌊 El Partido de La Costa: fragmentado y vulnerable
Nuestro distrito, el Partido de La Costa, representa un caso testigo en este nuevo escenario. Fragmentado en tres zonas, con medios locales que no logran cubrir todo el territorio, y con una comunidad diversa y en movimiento constante.
Convivimos entre:
- Los NIC (nacidos y criados),
- Los que llegaron con el asfalto,
- Y los nuevos residentes que llegaron gracias a la autovía y la «pandemia», en su mayoría desde el Gran Buenos Aires.
A esto se suma una población joven, muchos votando por primera vez sin haber conocido otra gestión que la actual, que gobierna desde 2003. Y medios locales con baja penetración, escasos recursos y poca capacidad de producción, lo que deja el espacio informativo en manos del algoritmo, que no prioriza calidad, sino viralidad.
🧠 ¿Qué votamos cuando no elegimos qué leer?
Hoy, gran parte del electorado no busca información, sino que recibe lo que el algoritmo calcula que quiere ver. La idea de que uno “elige qué creer” es falsa: el sistema te muestra lo que alimenta tu sesgo, tu indignación o tu entusiasmo.
La política se vuelve un espejo emocional, no un espacio de ideas. Y cuando eso pasa, el voto deja de ser una herramienta de transformación para volverse un acto reflejo.
🧩 ¿Y entonces?
No es la intención de este artículo analizar estrategias de campaña. Lo que busca es dejar una advertencia: haber elegido una comunidad como la nuestra para vivir tiene ventajas reales, pero para que esas ventajas sean sostenibles, hay que activar una fórmula clave:
👉 Compromiso + Participación.
No es “ellos o nosotros”.
Somos todos.
Y solo una comunidad con pensamiento crítico, medios con apoyo real y dirigentes con ideas podrá enfrentar el desafío de no ser arrastrados por el algoritmo, sino usarlo a favor de un proyecto colectivo.