Endeudamiento y desempleo en el Partido de La Costa | Desafíos de una economía estacional en año electoral

El Partido de La Costa enfrenta en 2025 un escenario marcado por el endeudamiento y el desempleo estacional. Cómo afecta la economía local en un año electoral, y qué respuestas aparecen desde el Estado y la sociedad.

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El Partido de La Costa, históricamente sostenido por la actividad turística, transita en 2025 una etapa compleja marcada por dos fenómenos que se potencian: el endeudamiento familiar creciente y el desempleo estacional. En un año electoral, los desafíos económicos no hacen más que visibilizar los límites del modelo productivo actual y la necesidad urgente de alternativas sostenibles.

Hace años que escuchamos propuestas de campaña vagas, que no encuentran eco ni consenso necesario para transformarse en políticas concretas. Mientras tanto, la realidad golpea.

Endeudamiento familiar en aumento

A nivel nacional, el 91% de los hogares argentinos mantiene algún tipo de deuda, según un informe del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas, publicado por Página 12. En La Costa, esta tendencia se observa con claridad en el uso creciente de tarjetas de crédito para la compra de alimentos y productos básicos.

A esto se suma un fenómeno que se ve en cada barrio: venta ambulante, ferias de garaje improvisadas, rifas virtuales y bonos contribución que se multiplican en redes sociales. Son estrategias que muchas familias utilizan para sobrevivir al ahogo financiero diario.

Y en medio de todo, el doloroso paisaje de ver cada vez más niñas y niños ofreciendo productos en la calle o en los semáforos, una postal que duele y preocupa.

Desempleo estacional y falta de diversificación

La economía del distrito sigue dependiendo del turismo, que representa cerca del 30% del PBI local. Durante los meses de invierno, el desempleo crece, aunque no existen datos oficiales que reflejen el impacto real. En paralelo, la construcción se mantiene como sector activo, gracias al negocio inmobiliario, un clásico de la región.

En este contexto, la reciente flexibilización del gobierno nacional respecto al origen de fondos para inversiones despierta interrogantes. ¿Estamos atrayendo proyectos pensados para el bien común? ¿O estamos dejando la puerta abierta a negocios de corto plazo que desoyen los riesgos del cambio climático?

En el plano local, el municipio activó el Consejo Económico Productivo, con el objetivo de diversificar la matriz productiva apostando a la pesca artesanal, la producción textil y alimentos regionales. Sin embargo, estas iniciativas surgen sin participación activa de la oposición, lo que limita su legitimidad y deja a muchos actores fuera del debate.

Por otro lado, programas como «La Costa Invita», diseñados para mantener activo el turismo fuera de temporada, necesitan más visibilidad en la región y mayor articulación con el sector privado. La intención es clara, pero muchos potenciales turistas ya no pueden permitirse salir ni siquiera a una playa cercana. Los ingresos no alcanzan.

Experiencia en crisis y resiliencia social

La comunidad del Partido de La Costa ha demostrado, una y otra vez, capacidad de adaptación frente a las crisis. A través de changas, ventas por redes y redes solidarias, muchas personas encuentran formas de sostenerse en los meses más duros.

Pero la falta de inversión industrial, la inflación persistente y un sistema económico que no se diversifica limitan seriamente las posibilidades de desarrollo.

El perfil social de la zona también está cambiando: clase media en retroceso, adultos mayores que se mudan buscando una vida más tranquila y segura, y familias jóvenes con dificultades de acceso a salud compleja. Todo eso conforma un tejido social que resiste, pero que se tensa cada vez más.

Un año electoral con tensiones visibles

El año electoral se vive con inquietud social y política. Por un lado, el oficialismo intenta responder con programas como “Cuidar la Vida”, orientados a los sectores más vulnerables. Por otro, la oposición aparece desconectada de las problemáticas cotidianas, más enfocada en la crítica que en la construcción de propuestas.

Las internas dentro del oficialismo también generan ruido y limitan la capacidad de gestión. Al mismo tiempo, las quejas del sector comercial y de sectores medios se hacen sentir con más fuerza.

El intendente parece haber tomado nota, con algunos cambios recientes en el gabinete. Pero la oposición local se muestra más interesada en activar el “modo crítica” que en representar genuinamente a los sectores disconformes.

Peor aún, hay quienes juegan al detective, creen que operar como servicios de inteligencia ayuda a sostener la consigna del «rompamos todo». Pero la pregunta es: ¿romper todo no es también provocar más dolor para el pueblo? ¿Vale la pena apostar a la tierra arrasada con tal de cumplir objetivos personales?

Mientras tanto, la sociedad costera necesita nuevos representantes que lleguen al HCD con propuestas reales, escuchando a los vecinos y vecinas, y pensando en una Costa más justa, más habitable y más inclusiva para todos.

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