El Estadio de La Costa reabrió sus puertas ante más de 7.000 personas | Emoción, música y un sueño colectivo que se hizo realidad

Con una noche que quedará marcada en la memoria costera, el Estadio de La Costa volvió a encender sus luces. Más de 7.000 personas disfrutaron de una jornada cargada de emoción, reencuentros, música y una profunda sensación de orgullo local.

A las 18 horas comenzaron a ingresar los primeros espectadores. Familias enteras, grupos de amigos, turistas que aprovecharon el fin de semana largo, y por supuesto, una gran presencia de público local que no quiso perderse un evento que ya es parte de la historia grande del Partido de La Costa.

De izquierda a derecha: Ezequiel Ricchezza, Coco Ricchiezza y el Intendente de La Costa Juan De Jesús

Un inicio simbólico

Pasadas las 20, se realizó el corte de cinta inaugural en el acceso principal del predio. Estuvieron presentes el intendente Juan De Jesús y el desarrollador del proyecto, Ezequiel Ricchezza, acompañado por su familia y por muchas de las personas que trabajaron para recuperar el lugar. Sin discursos ni formalidades, fue un momento sencillo, cargado de emoción, y acompañado por el aplauso espontáneo del público.

Instantes después, las luces del estadio se apagaron y en la pantalla principal se proyectó un video institucional. Allí se mostró cómo encontraron el predio y en qué se transformó. La emoción fue palpable, sobre todo entre los vecinos y vecinas que conocen la historia del lugar y vieron cómo un espacio olvidado se convirtió en un símbolo de lo posible.

Música, alegría y comunidad

El primero en subir al escenario fue Alejandro Lerner, quien repasó sus grandes éxitos durante un show de dos horas. Luego de los primeros temas, se tomó un momento para destacar el valor del proyecto:

«Hecho está, hecho está, hecho está.»

Al terminar su presentación, Lerner ofreció una breve entrevista en la zona de camarines, donde volvió a subrayar la importancia de la noche:

«Fue una noche importantísima para la Argentina, la provincia de Buenos Aires, la Costa Atlántica. Que se abra un lugar así, para un artista y para todos los artistas, es un lujo. Estamos muy felices.»

Pasadas las 23:30 subió al escenario Turf, y sorprendentemente, aún seguía entrando gente. La colectora que une San Bernardo con Mar de Ajó mostraba una postal única: autos estacionados en ambos lados durante más de mil metros.

Un estadio pensado para mucho más

El complejo cuenta con una infraestructura diseñada para recibir eventos de gran escala. Entre sus principales características se destacan:

  • Estacionamiento propio
  • Dos salones techados de más de 1.000 metros cuadrados cada uno
  • Sanitarios distribuidos por todo el predio y baños químicos en el exterior
  • Área gastronómica interna y externa
  • Un sector al aire libre llamado Fucks Track, con escenario exterior, DJ en vivo y una banda local que acompañaron la espera de los shows principales
  • Presencia de ambulancia, enfermería, bomberos voluntarios y un operativo de seguridad que funcionó sin contratiempos

Desde la organización confirmaron que en mayo se presentará Axel, y que luego de ese espectáculo comenzará una nueva etapa de inversión tecnológica que se extenderá hasta septiembre. El objetivo: consolidar una programación ambiciosa y sostenida para el próximo verano.

Incluso, entre el público comenzó a circular un rumor: que el casino de Mar de Ajó podría instalarse en este predio, aunque por ahora no hubo declaraciones oficiales. Sea o no cierto, lo que sí queda claro es que el estadio ya se perfila como un nuevo centro de desarrollo regional.

Identidad costera en construcción

Aunque el estadio está ubicado entre San Bernardo y Mar de Ajó, su nombre deja en claro que no pertenece a una localidad específica, sino a una comunidad entera. En un gesto que busca superar viejas disputas localistas, el Estadio de La Costa se presenta como un símbolo de unidad, pertenencia y visión compartida.

«Esta vez, nadie discute si es de Mar de Ajó o de San Bernardo. Es de La Costa. Y eso es lo que importa.»

Durante toda la noche, Ezequiel Ricchezza fue saludado por músicos, vecinos, trabajadores y ex compañeros de escuela. Su figura encarna el espíritu emprendedor y el compromiso con el lugar donde nació.

«No todo es timba. No todo es viveza criolla. Se puede crecer con trabajo y visión colectiva», fue una de las frases que más se escucharon entre quienes lo conocen.

Un cierre con sentido colectivo

La reinauguración del estadio no es solo una noticia cultural o turística. Es una declaración de principios. Un mensaje que dice: «sí se puede», cuando el sueño es compartido.

Porque este proyecto no fue impulsado por un interés individual, sino por una generación que entendió que el futuro no se construye con egoísmos ni carteles. Que la identidad costera no se impone: se teje con historia, con esfuerzo y con orgullo.

A quienes llegaron cuando solo había médanos y mar. A quienes hoy se animan a proyectar sin pelear por la chapa. A quienes entienden que lo colectivo no resta, sino que multiplica. El Estadio de La Costa ya no es solo una promesa: es una realidad que nos une.

«El futuro no se espera: se construye entre todos.»

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