Desde el Móvil | Los rugbiers cada vez más complicados
Desde los Tribunales de Dolores, Betiana Insaurralde realizó un repaso de la jornada de ayer en la que declaró Pablo Ventura, el chico oriundo de Zárate, al que los rugbiers culparon y que estuvo preso durante cuatro días, luego gracias a las cámaras de seguridad del restaurante donde Ventura había cenado con su familia y las cámaras de una vecina se pudo corroborar que él no había estado en Villa Gesell. La declaración estuvo centrada en que los conocía pero solo de vista, que no tenía trato y dijo que eran chicos problemáticos, que siempre peleaban, pegaban y lo hacían en grupo. De esta manera, reforzó la idea que ya se tiene de los acusados de que son violentos y que actúan siempre de la misma manera.
Luego llegó el turno de los integrantes de la seguridad del boliche, que contaron algunos detalles en principio de los disturbios que se originaron dentro del boliche y un testimonio bastante fuerte del jefe de seguridad Alejandro Muñoz, quien dijo que en 20 años de profesión nunca vio un ataque con tanta saña, un relato que lo hizo quebrar cuando hacía referencia al hecho y hasta incluso hizo referencia a su físico diciendo que mide más de 2 metros pesa más de 100 kilos y que le costo muchisimo sacar a Maximo Thomsen del lugar. Otro de los integrantes de seguridad contó los momentos previos en el boliche, que él tenía a Thomsen y que Fernando le pego una piña en el estómago, que los hizo perder la estabilidad, pero que Baez Sosa se retiró sin problema del lugar y que a Maximo entre dos no lo podían sacar.
En la cuarta jornada, van a declarar el taxista, la chica que asistió a Fernando y le hizo RCP, empleado y empleada del kiosco donde Fernando compró el helado antes de la golpiza, jóvenes que salieron del boliche y observaron y los policías que asistieron a la victima, relató la cronista.
Los detalles: