El Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires atraviesa una etapa de definiciones clave con la mirada puesta en las elecciones partidarias previstas para septiembre y octubre. En medio de llamados a la unidad, emergen tensiones que exponen las diferencias entre los principales espacios que integran el armado peronista, incluyendo figuras de peso territorial como intendentes e integrantes de la Quinta Sección Electoral.
Liderazgos en disputa y señales políticas
Durante la reunión del consejo partidario realizada en San Vicente, encabezada por Máximo Kirchner, se oficializó la convocatoria al congreso partidario del sábado 6 de julio en Merlo. La elección del lugar fue uno de los puntos de conflicto: sectores alineados al gobernador Axel Kicillof habrían planteado su desacuerdo, interpretando la decisión como un intento de limitar su peso político.
Entre los actores clave en la construcción territorial aparecen los intendentes de la Quinta Sección Electoral, como Juan De Jesús (Partido de La Costa) y Gustavo Barrera (Villa Gesell), que si bien no fueron protagonistas públicos en esta etapa, mantienen diálogo con distintos sectores en pos de preservar la gobernabilidad local y el equilibrio interno en el armado seccional.
Unidad como necesidad política
Las elecciones internas no solo ordenarán la conducción formal del PJ provincial, sino que definirán el nivel de cohesión con el que el peronismo bonaerense enfrentará el escenario electoral 2025. Los intentos por alcanzar una lista de unidad reflejan tanto la voluntad de evitar fracturas como la dificultad para compatibilizar los intereses de La Cámpora, el kicillofismo, el massismo y el justicialismo más tradicional.
En palabras de un dirigente presente en San Vicente, “la unidad no puede ser solo una consigna, tiene que traducirse en una síntesis real entre proyectos y territorios”. Las diferencias sobre el método de elección de autoridades, el armado de alianzas y el rol de cada sector son parte de una discusión más profunda: qué PJ quiere construir el peronismo para los próximos años.
Desafíos hacia adelante
La fecha límite del 9 de julio, cuando se deberán inscribir formalmente las alianzas partidarias, es un punto de presión para acelerar los consensos. De no lograrse un acuerdo, el riesgo es una interna abierta que exponga públicamente las fisuras internas.
En ese contexto, referentes de la Quinta Sección —muchos con fuerte respaldo en sus distritos— podrían cumplir un rol clave como articuladores, aportando volumen político a una eventual lista de unidad o marcando posición si se formaliza la competencia interna.